Una investigadora valenciana ha
comprobado que el rendimiento académico de los alumnos valencianos de
Primaria -de 6 a 12 años- que cursan estudios musicales es mejor que el
de la media. En su tesis doctoral, calificada con sobresaliente cum
laude por la Facultad de Filosofía de la Universitat de València, la
profesora de música Mª Carmen Reyes ha realizado una investigación en
4.300 alumnos de todos los cursos de primaria de 18 colegios públicos de
ocho comarcas, de los cuales estudiaban música el 5,9%, y el resultado
es sorprendente: el 99% de los alumnos-músicos aprobó el curso. El 37%
lo hizo con sobresaliente, el 42% sacó notable, el 11% obtuvo un bien,
el 9% pasó con suficiente, y sólo el 1% terminó con insuficiente. Es
decir: el 79% de los alumnos-músicos sacó notable o sobresaliente en una
autonomía que es la segunda con mayor tasa de fracaso escolar.
¿Casualidad? No. Mª Carmen Reyes concluye en su trabajo (de 416 páginas)
que los estudios en las escuelas de música de las bandas comportan “una
mejora en el proceso de aprendizaje de los alumnos y, por tanto, de su
inteligencia en las diferentes áreas” curriculares del colegio. Ella lo
ha comprobado en seis asignaturas.
Primero, en lengua. “La música es un lenguaje y leer e interpretar los
símbolos de la lengua hablada o escrita, sus reglas gramaticales y
ortográficas le será sumamente fácil a quienes tienen avanzado su
conocimiento”, así que “un niño con conocimientos musicales enfocará con
ventaja el estudio de cualquier lengua o idioma”, subraya Reyes.
Segundo, en matemáticas. La familiaridad de los pequeños músicos con
“sencillas pero precisas operaciones matemáticas que tienen que ver con
el ritmo, los tiempos, los compases, etc.” les prepara mejor para la
asignatura del cálculo y el razonamiento abstracto.
Tercero, en plástica, pues se ven reforzados en capacidad de
“concentración” para el dibujo y en “sensibilidad” para el arte.
Cuarto,
en educación física, puesto que la capacidad motriz, la coordinación de
movimientos o el control de la respiración de diafragma los predispone
mejor para la asignatura. Y por último, en música -es obvia la razón- y
en conocimiento del medio, donde los alumnos-músicos ven reforzadas sus
nociones de cultura y tradición popular. “Influencia en su inteligencia”
Esta violinista de la Unión Musical Porteña de Sagunt y maestra del
colegio Cervantes de Port de Sagunt, de 29 años, recalca que “la música
tiene un alto significado educativo y es necesario que el número de
horas de docencia que se le dedica sea ampliado o reorientado de manera
eficiente”. En conversación con este periódico, Mª Carmen Reyes realza
“la influencia de la música en aspectos neurológicos del niño y de su
inteligencia”, y aporta ejemplos de su propia experiencia: “los
alumnos-músicos están más atentos a la tarea escolar, tienen más
predisposición al estudio y se les ve más capacidad de esfuerzo”, lo que
se traduce en mejores notas.
Por ello, la ya doctora en Filosofía defiende la “necesidad” de
establecer “puntos de encuentro” entre las sociedades musicales y la
escuela primaria “basándose en los currículos que tienen puntos comunes y
que cabría poner de manifiesto o englobar”. Porque, como destaca en la
cita inicial de la tesis parafraseando a San Isidoro de Sevilla, “sin
música no puede haber enseñanza perfecta, pues nada hay que carezca de
ella”.